¿Cómo incentivar la lectura en los niños?

Existen ciertos factores fundamentales que favorecen el gusto por los libros, pero si estos no se fomentan desde la infancia hay técnicas para encantar a adolescentes y adultos.

Para que los niños puedan comenzar a leer a una temprana edad deben existir ciertas condiciones familiares y prácticas de crianza, que ayuden y motiven a los menores a encontrar en la lectura un momento entretenido como con cualquier otro juego.

Dentro de los elementos principales que menciona Verónica Villarroel, doctora en psicología, para motivar la lectura temprana en los niños, está el que a partir de los 3 ó 4 años, incluso antes, se les lea en un contexto afectivo. “La idea es que los padres puedan generar un rito en torno al tema, así todas las noches o en algún momento del día disfrutar de un cuento; lo importante de esto es que tiene que ser de a dos, con el papá, mamá, abuelo, hermano mayor, tía, da lo mismo, pero alguien debe ir señalándole con el dedo el texto y relacionando la lectura con las ilustraciones”, señala.

Otro elemento fundamental, según Villarroel, es que debe existir un modelo lector en casa, “alguien que con su ejemplo le demuestre a los niños que leer es entretenido, que se vea que la persona disfruta con un libro y siempre lo tiene por ahí encima con una página marcada”. Con esto llegamos a la última recomendación, la cual consiste en tener mucho material disponible, ya sean cuentos, novelas, revistas, diarios. “Cualquier texto sirve”, explica la psicóloga.

“Estas condiciones son mínimas para que un niño se interese en leer; no podemos esperar que un pequeño manifieste agrado por los libros si no tenemos insumos en la casa, si no existe un modelo lector y si nadie lo ha acompañado a leer”, argumenta la Doctora en Psicología.

 

Cuando ya es tarde

Reeducar el hábito de la lectura en los adolescentes es posible, explica Villarroel, y para lograrlo se deben rescatar los intereses del joven, ver qué le llama la atención y motivarlo a que lea algo con respecto al tema, ya sea una revista, un artículo, cualquier texto sirve para empezar. “Es muy bueno que el adulto lea primero el libro y se lo presente, que le haga una sinopsis y así lo motive comentando lo que pueda interesarle, que lo conversen y le pregunte en qué capítulo va”.

La profesional recomienda generar un momento de esparcimiento familiar en torno a la lectura, que en la mesa se converse de lo que está leyendo cada uno y así los padres puedan guiar a sus hijos, que éstos no vean los textos como una obligación, sino como algo divertido que entretiene a todos en la casa.

En adultos el tema funciona de la misma forma, comenta Villarroel, sin embargo, debe existir una motivación personal fuerte, ya que en estos casos no está el refuerzo de los padres o profesores. “Si alguien quiere encantarse con la lectura, debe buscar material que le acomode y que sea de su interés, ya sea cocina, jardinería, motores, entre otros, y de a poco ir complejizando los textos”.

HHM

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